miércoles, 15 de diciembre de 2010

Examen.
Ya hemos avanzado en la tarde, y hemos reflexionado sobre lo que es o no es la navidad para nosotros y para el mundo, vamos ahora a hacer un pequeño examen personal, a la luz de este niño-Dios que desea vivamente nacer en nosotros.
Seguiremos leyendo muy despacito, para poder meditar unos segundos en estas cuestiones.
Cerrar los ojos un momento y situaros frente al misterio del nacimiento del Hijo de Dios. Miramos dentro de nuestra alma, donde solo Dios sabe ver, para que nos alumbre y nos permita conocernos.

1º.- Dice San Juan que Jesús vino a los suyos, y los suyos no le conocieron. Pensemos por un momento ¿Cuántos niños, jóvenes, y adultos en estas fechas no están esperando a nadie?,más bien todos esperan o esperamos cosas, la paga doble, el regalo de reyes, la fiesta, las compras y las comidas de navidad, pero ellos no están aquí, por eso estas preguntas son para ti y para mi:
¿Estoy yo esperando de verdad a alguien?... ¿qué significa para mi Navidad?

2º Durante todo el AT, Dios a través de los profetas anuncia a su pueblo que les nacerá un Mesías; Este tiempo de adviento nos quiere llevar a esa misma experiencia de esperar a un salvador ¿Qué espero realmente del Jesús, que va a venir?.







3º, María oye al Ángel anunciarle que en ella nacerá el Hijo de Dios, su respuesta no es ponerle pegas, sino que con humildad responde:“Hágase en mi tu voluntad”.
La voluntad de Dios también se manifiesta en aquellas cosas que Él permite y que no resultan como esperábamos, o son incluso totalmente contrarias a lo que deseábamos.
Nosotros cada uno en sus circunstancias, ¿Estamos dispuestos, abiertos y tenemos el corazón con la suficiente humildad, para decirle al Señor que aceptamos su voluntad y no la nuestra?

4º San José, no es, en la historia de Jesús, un personaje pasivo, obedeciendo a Dios, en la voz del Ángel, acepta a María como esposa, y la lleva con él a Belén a empadronarse. Más tarde, el ángel le dice en sueños, que tome a maría y al niño y huyan a Egipto. Es él quien ayuda a María y al Niño, quien los cuida y vela por ellos. ¿He pensado en hacer algo distinto, un gesto, un detalle interior a modo de propósito de mejora en mi vida de cara a Dios, y también de cara a los demás como prueba de que vivo esperando un tiempo fuerte que me ayude a convertirme?

5º¿Pienso alguna vez, en la alegría con que María y José, esperarían que naciese Jesús?, ¿hago un esfuerzo por vivir este tiempo también con alegría?, la alegría que agradece a Dios que viniese para ayudarnos, para guiarnos, para salvarnos.

6º La voluntad de Dios es la brújula que nos indica el camino que nos lleva a Él, y es al mismo tiempo, el sendero de nuestra propia felicidad. El Señor nos la muestra a través de los Mandamientos, de las indicaciones de la Iglesia, y de las obligaciones que conlleva nuestra vocación y estado.
Señor, ¿Cómo me ves?,
¿Cómo me veo delante de ti?
¿En que puedo mejorar?


7º La humildad da paz y alegría para realizar lo mandado hasta en los menores detalles. Cristo obedece por amor, por cumplir la voluntad del Padre, y hemos de considerar que el Señor se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz
¿A quien obedezco yo?,
¿A quien me parezco en mi forma de pensar, de razonar, de actuar, al mundo o a Jesús?


Ahora pidámosle a la Virgen que en todo momento nos ayude para convertirnos e identificarnos con la voluntad del Padre.

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