lunes, 10 de agosto de 2009

tema 14 "la conciencia"

LA CONCIENCIA
Partiendo de nuestra realidad.
Todos nosotros, estamos acostumbrados a mencionar la conciencia, en frases como:
Cargo de conciencia, actuar en conciencia, según nuestra conciencia, etc.
Pero ¿Qué es la conciencia?. ¿Qué papel juega en la vida del hombre?
¿Qué es la conciencia?
 La conciencia es la voz interior que manifiesta al hombre la bondad o malicia de una acción, para que haga el bien y evite el mal; es el juicio de la razón, por el que la persona humana reconoce la cualidad moral de un acto concreto que piensa hacer, está haciendo o ha hecho.
 La conciencia resuena y avisa, y si se ha hecho algo que la conciencia reprueba, remuerde; si se ha obrado bien, muestra su aprobación y alabanza.

Tocamos este tema, en este tiempo concreto de la cuaresma, en el que la Palabra de Dios, nos recuerda la invitación a convertirnos y la Iglesia nos habla de oración, ayuno y limosna.

El valor de la conciencia:

Estos tres elementos, propios de nuestra fe, los vivimos a la luz de nuestra conciencia.
¿Qué valor tendrían si solo los vivimos como una obligación impuesta por la Iglesia?

En nuestro interior, un ronroneo en medio de nuestra acelerada actividad en mil y un quehacer, nos dice que deberíamos mejorar, que podríamos ayudar, que podríamos dedicar un ratito cada día al Señor, y otras muchas cosas…
@ "nunca se valorará adecuadamente la importancia de este íntimo diálogo del hombre consigo mismo. Pero en realidad, éste es el dialogo del hombre con Dios, autor de la ley, primer modelo y fin último del hombre:"la conciencia -dice San Buenaventura- es como un heraldo de Dios y su mensajero, y lo que dice no lo manda por si misma, sino que lo manda como venido de Dios, igual que un heraldo cuando proclama un edicto del rey. Y de ello se deriva el hecho de que la conciencia tiene la fuerza de obligar", (In II Librum Senten. 39, 1,3).

De poco habría servido el haber grabado Dios en la naturaleza humana la ley moral, que dirige y salvaguarda la libertad, si al mismo tiempo no le hubiera dado una capacidad connatural de conocerla; de modo que los imperativos morales realmente orienten la conducta del hombre hacia Dios, que es el autor de la ley. Pero la Providencia no falla y, como enseña la Constitución pastoral Gaudium et spes del Concilio Vaticano II,
"en lo profundo de su conciencia el hombre descubre una ley que él no se da a sí mismo, sino a la que debe obedecer y cuya voz resuena, cuando es necesario, en los oídos de su corazón, llamándole siempre a amar y a hacer el bien y a evitar el mal: haz esto, evita aquello. Porque el hombre tiene una ley escrita por Dios en su corazón, en cuya obediencia está la dignidad humana y por la cual será juzgado. La conciencia es el núcleo más secreto y el sagrario del hombre, en el que está sólo con Dios, cuya voz resuena en lo más íntimo de ella" (n. 16). Esa voz interior, dirige la mayoría de las veces nuestras decisiones, otras haciéndonos violencia quizás las ignoremos o la contradigamos con nuestras acciones. Dice S. Pablo, que deseando hacer el bien, hace lo contrario. También nosotros hemos alguna vez hecho lo mismo, sabiendo en nuestro interior o sintiendo esa llamada a hacer las cosas de una manera determinada, no lo hacemos, por respetos humanos, por comodidad, o cualquier otra razón. Y una vez hemos actuado en contra de nuestra conciencia, sentimos un pequeño malestar. Es a lo que llamamos “cargo de conciencia”, porque sin necesidad de un juicio externo, algo dentro de nosotros nos dice que no lo hicimos bien.
@ >"El juicio de la conciencia no establece la ley, sino que afirma la autoridad de la ley Natural y de la razón práctica con relación al bien supremo, del cual la persona humana acepta el atractivo y coge los mandamientos: "la conciencia, por tanto, no es una fuente autónoma y exclusiva para decidir lo que es bueno o malo; al contrario, en ella está grabado profundamente un principio de obediencia a la norma objetiva, que fundamenta y condiciona la congruencia de las decisiones con los preceptos y prohibiciones en los que se basa el comportamiento humano.
(Dominum et vivificante n. 43)

Para poder orientarnos debidamente en el uso de la libertad y conforme al dictamen de la conciencia, que nos muestra la norma, es útil conocer los diversos estados de la conciencia.
En relación con el asentimiento por parte del sujeto hay:
a) Conciencia cierta. Es aquella que, al discernir la moralidad del acto, tiene la
seguridad de que es tal y como la conciencia le dicta; es un asentimiento firme.
b) Conciencia dudosa. Es la que conoce el juicio moral con el temor de que sea
de otra manera -sin asentimiento firme, por tanto-, o incluso no existe el asentimiento por quedar el juicio moral en suspenso.

En atención al objeto y su conformidad con la norma moral hay:
a) Conciencia recta o verdadera. Es cuando el juicio moral se ajusta a la norma
objetiva, de modo que la acción aquella es realmente buena o mala, como se nos dicta.
b) Conciencia errónea. Es cuando el juicio moral no se ajusta a la norma, sino
que lo que se dicta como bueno es malo, o lo que se indica como malo es bueno; este juicio naturalmente procede del error.


Cuando una conciencia no está bien formada, estas “cargas”, pueden suponer traumas, sentimientos de culpa exacerbados, que nos dejan caer en la tentación de pensar que Dios no nos perdonará.
Para el cristiano nuestros tropiezos, nuestras torpezas, siempre tienen en frente a un Padre que nos ama, que nos comprende y que espera que volvamos a Él, con humildad. (Rectitud de intención)
@ Se puede decir, pues, que la conciencia da testimonio de la rectitud o maldad del hombre al hombre mismo, pero a la vez y antes aun, es testimonio de Dios mismo, cuya voz y cuyo juicio penetran la intimidad del hombre hasta las raíces del alma, invitándolo "fortiter et suaviter" a la obediencia: " la conciencia moral no encierra al hombre en una soledad infranqueable e impenetrable, sino que le abre a la llamada, a la voz de Dios.
En esto y no en otra cosa reside todo el misterio y dignidad de la conciencia moral: en ser el lugar, el espacio santo donde Dios habla al hombre" (discurso 17,VIII.83)
(Veritatis Splendor, n. 58)Juan Pablo II


. ¿Qué es la conciencia moral?
La conciencia moral, presente en lo íntimo de la persona, es un juicio de la razón, que en el momento oportuno, impulsa al hombre a hacer el bien y a evitar el mal. Gracias a ella, la persona humana percibe la cualidad moral de un acto a realizar o ya realizado, permitiéndole asumir la responsabilidad del mismo. Cuando escucha la conciencia moral, el hombre prudente puede sentir la voz de Dios que le habla. Compendio del CICA: 1776-1780, 1795-1797

Como dice S. Pablo, nuestra conciencia, debe estar bien formada, iluminada por el Espíritu Santo y con verdadero anhelo por la verdad y el bien.
@ Rom 9, 1.... "la conciencia debe estar iluminada por el Espíritu Santo".
2 Tim. 1, 3... Debe ser pura,
2 Cor 4,2.... no debe con astucia para falsear la palabra de Dios, sino manifestar claramente la verdad.

Hay que actuar con conciencia cierta
La vocación del hombre es cumplir la voluntad de Dios, que se nos indica por la conciencia; pero no siempre se conoce -en un momento concreto- cuál es la voluntad de Dios.
En el caso de no estar seguros, nos exponemos a obrar en contra de lo que Dios quiere, y cuestionamos nuestro destino arriesgándonos a pecar. Por eso hay que obrar siempre con conciencia cierta.
Cuando la conciencia cierta se apoya en la rectitud o verdad del juicio moral, no ofrece dificultad alguna y se comprende que debe ser así. Pero, ¿y si la certeza se basa en el error? Si el error es invencible, hay que seguir la conciencia cierta y la acción es subjetivamente buena, aunque no se ajuste a la norma, porque es lo que dicta la conciencia y la voluntad quiere el bien, sin que tenga otra salida por ser invencible. Cuando el error es vencible hay mala voluntad y no se puede hablar de conciencia cierta como norma de conducta. Lo que se debe hacer es salir del error vencible.


Hoy, quizá más que en otros momentos, urge que el cristiano, sea consciente y coherente con su conciencia, aunque esto le haga tener que ir contracorriente a las modas, a las leyes, o costumbres que nos quiere imponer el mundo.
@ Rom 12,2...."No os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto"
Como veis, este párrafo tiene total vigencia. También a nosotros hoy por medio del evangelio, nos invita Dios a estar alertas a formarnos bien, para poder dar testimonio de nuestra fe a través de la unidad entre lo que nos dicta la conciencia y nuestros actos. Como ejercicio de nuestra libertad. y como fruto de examinarnos a nosotros mismos en la presencia de Dios en nuestra oración.
El cristiano tiene la obligación de formar su conciencia para saber cuál es la voluntad de Dios, a la que ha de ajustarse el comportamiento moral. Porque la conciencia se nos ha dado para conocer la norma y cumplirla, como contrafuerte de la libertad, no para obrar mal.
Los medios para formar la conciencia son:
a) Conocer la doctrina cristiana, donde se enseñan los misterios de la fe, junto con las exigencias morales que reclama la condición de criaturas de Dios, y, en el caso de los cristianos, la condición de hijos adoptivos y discípulos de Jesucristo. En este sentido viene muy bien estar atentos a lo que dicen los Pastores de la Iglesia: el Papa, los Obispos y los sacerdotes.
b) No actuar precipitadamente, sino pensar con serenidad la determinación que se va a tomar, para que el juicio de la conciencia sea recto y verdadero, y además seguro, es decir, cierto, como pide una buena conciencia que transmite la ley de Dios.
Para eso ayuda mucho hacer cada día un breve examen de conciencia, viendo cómo hemos actuado durante la jornada.
c) Pedir consejo. Hay que saber preguntar a las personas que nos pueden ayudar, como son los padres, el sacerdote, el catequista, el profesor o un buen amigo.
d) La dirección espiritual con el sacerdote es sin duda un medio excelente -por no decir el mejor- donde se concreta de forma personalizada la formación de la conciencia, a fin de que esté siempre orientada hacia el bien.

Importancia de formar bien la conciencia:
Pocas personas son conscientes de la importancia de su formación y con frecuencia orientan los requerimientos morales a sortear peligros o a no escandalizar, manteniéndose en un cierto anonimato. Pero la responsabilidad humana es mucho más: la de los padres, las de las autoridades, la del profesor y los formadores, la del sacerdote... El hombre es un animal social, decía el Aristóteles, y es responsable de su propia conducta y de la influencia -positiva o negativa- en la conducta de los demás. En sentido negativo, Jesucristo advierte de la gravedad del escándalo; en sentido positivo, recuerda que ha venido para que los hombres "tengan vida y la tengan en abundancia ".

@ CICA:"la libertad es el poder, radicado en la razón y en la voluntad, de obrar o de no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar así por si mismo acciones deliberadas. Por el libre arbitrio cada uno dispone de sí mismo".La conciencia se ayuda de la razón, para ponderar en cada ocasión lo más conveniente (Filipenses 1, 10) y buscar la voluntad de Dios (Gal.6, 4)

Consejos que te pueden ayudar a actuar siempre en conciencia
Normalmente, cuidando la formación de la conciencia no será difícil conocer y hacer el bien; y cuando sobreviene alguna dificultad, la actitud interior de buscar con empeño el discernimiento de la voluntad de Dios, facilitará la solución. Son útiles estas reglas:
• Nunca se puede hacer el mal para obtener un bien.
• Tratar a los demás como queremos que nos traten a nosotros.
• Actuar siempre respetando al prójimo y su conciencia.


@ S. Agustín: "ama y haz lo que quieras"... Siguiendo e interpretando a S. Pablo promueven que el amor cristiano se convierta en la llave de la sabiduría, en el indicador del obrar moral. Desplegando la libertad cristiana pero sometiéndola al mismo tiempo al suave yugo de Cristo
"la verdad que ilumina la conciencia de los cristianos es la misma Palabra de Dios entregada a los hombres. Es el lugar donde el Padre nos ve y el Espíritu Santo nos ilumina y nos mueve.
Mt 6, 22-23 Jesús vuelve a insistir que formemos nuestra conciencia.
Por último quisiera recordar.
@la persona es una realidad dada (cada uno somos como somos), y a la vez una realidad que debe construirse (mejorando, aprendiendo, ejercitando actitudes que nos hagan más persona)

@.yuta Graff: "la realidad no es una piedra para sentarnos a mirar sino un trampolín para saltar a otra realidad mejor".

@"Es preciso elegir y elegir bien".
Necesitamos aprender a vivir y aprender a ser realmente humanos:
*cada uno tenemos que recorrer nuestra vida (con nuestras circunstancias concretas).
*aprender a dominar la realidad, actuando en conciencia.
*poseernos mediante la conciencia de mi mismo.
*darnos con deliberada generosidad.
*aprender a escuchar la voz de Dios en nuestro interior.

Propósito de vida
 Haz un breve examen de conciencia por la noche, antes de acostarte, para ver si has actuado cara a Dios.
 Piensa si estás actuando con conciencia cierta y, a la vez, con conciencia recta o verdadera.

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