miércoles, 26 de agosto de 2009

tema 10, el Jesús a quien seguimos.

¿Donde tengo puesta mi fe?
¿A quién seguimos?
a veces pareciera que las personas van a la iglesia por el sacerdote o por el seminarista o que sigue en las catequesis por que su catequista es un tipo que habla bien, todo esto, pasa...no es vuestro caso...pero...?
Por eso antes de avanzar, tenemos que plantearnos seriamente, ¿a quien seguimos?, Ya con más claridad quizás que en las primeras catequesis, podremos contestar y contestarnos ¿Por que seguimos en catequesis?, solo esperando a recibir la confirmación?, que no es poco...pero no tendría sentido, si por encima no esta nuestro deseo de encontrarnos de frente con Jesús, con Dios Padre y Espiritu de verdad.
Por ello, también hoy seguiremos viendo la figura de Jesús, por que es a El, a quien queremos imitar, a El al único que queremos seguir.


 "Tanto amó Dios al mundo que le envió a su Hijo unigénito" (Juan 3,16).
El Señor se llama Jesús, que quiere decir "Salvador". El arcángel San Gabriel se lo dijo así a San José: La Virgen "dará a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús, porque salvará a su pueblo de sus pecados" (Mateo 1,21)
Nosotros sabemos que Jesucristo es Dios porque Él nos lo dijo y porque lo demostró con sus obras. Nos dijo: "Yo y el Padre somos una misma cosa; quien me ve a mí ve al Padre; nadie conoce al Padre sino el Hijo".
Jesucristo hace cosas que sólo puede hacer Dios. Cura a los mudos, a los ciegos, a los leprosos...; resucita a su amigo Lázaro, al hijo de la viuda de Naín...; perdona los pecados al paralítico, a la Magdalena, a la mujer adúltera...; y todo esto lo hacía por su propia virtud y poder, porque es Dios.
Podemos pararnos un momento en alguna de estas parabolas y como el otro dia os decía, no nos quedemos solo con los hechos literalmente, sino aprendamos a conocer a Jesus, sus intenciones, las razones de su actuar, la manera de hacer de Jesus...Solo conociendo al maestro podremos seguirle, solo sabiendo lo que queria, podremos intentar actuar o modificar nuestras acciones para agradarle, sabemos que no haremos las cosas como El, pero si que podemos intentar no hacer al menos lo que el no haría:
.-no miraria a otro lado ante las necesidades de los demás,
.-no dejaria de ayudar, si estuviera en el sitio y el momento concreto en que alguien necesite de El,
.-no tiraria por tierra a nadie.

Jesucristo murió verdaderamente y resucitó también de verdad. Se apareció repetidas veces a sus discípulos, y éstos lo atestiguaron. Sus enemigos querían ocultar esta prueba de su divinidad (cfr. Mateo 28,11-15). La resurrección de Cristo es la mayor prueba de que es Dios, pues resucitó por su propia virtud.

Jesucristo es igual a nosotros, menos en el pecado y el error. Él no tuvo ningún pecado, ni se equivocó jamás. Sin embargo, tuvo madre como tenemos nosotros; trabajó con sus manos, ayudando a San José; tuvo hambre y sed, comía y bebía; se cansaba después de hacer un esfuerzo; tuvo amigos y lloró cuando murió su amigo Lázaro; se alegraba con sus discípulos, con los niños... Jesucristo no sólo es perfecto Dios, sino que además es perfecto hombre.
Jesucristo venció a la muerte, resucitó y subió al cielo. Como Dios, está en todas partes y todo lo ve y lo oye. Jesucristo está en el cielo y en la Eucaristía.
Podemos hablar con Él de nuestras cosas y de sus cosas. Él nos escucha y nos habla, no con palabras sino en nuestro corazón. Tenemos que aprender de Jesús porque con su vida, con sus obras y sus palabras, nos enseñó lo que tenemos que hacer para salvarnos y cómo lo tenemos que hacer. Él mismo ha dicho: "Yo soy el camino, la verdad y la vida" (Juan 14,6).
Los amigos salen juntos, conocen dónde vive cada uno, cómo piensa, cuál ha sido su vida, hablan de sus cosas. Con Jesús pasa lo mismo. Si queremos tratarle, lo encontraremos en el evangelio, en la oración y en el sagrario.

- El Evangelio. Cuando leemos el evangelio conocemos más a Jesús: cómo es, cómo quiere a sus amigos, lo que espera de ellos. Por eso, debemos leer todos los días el evangelio, aunque sólo sea unos minutos.

- La Oración. Podemos hacer un rato de oración en la iglesia o en nuestra casa, en un lugar donde estemos tranquilos y en silencio, para hablar con el Señor de lo que nos preocupa, pidiéndole lo que necesitamos o deseamos, y dándole gracias por todo.
- La Visita al Santísimo. Aunque Jesús está en todas partes, porque es Dios, está de una manera especial en el Sagrario. Es muy bueno que todos los días vayamos a hacerle una visita, aunque sea corta, para saludarle, hablar con él y escuchar lo que nos dice en el fondo de nuestra alma. También podemos saludarle con el corazón cuando vemos una iglesia, pensando que está en el Sagrario.

COMPROMISO SEMANAL:
También hoy nos hemos planteado a quien seguimos y para eso hemos hablado de donde estamos en referencia a Dios, ¿Que hacemos con sus enseñanzas? y por eso hemos leido la parabola del sembrador. el compromiso de esta semana es volver a llevarnos esta lectura a la oración, para pensarlo con maás serenidad. descubrir, que clase de "tierra" somos, que "piedras" tenemos en nuestro camino o que "aves" nos comen la cabeza. Os invito a leerla varias veces y a descubrir de verdad donde estamos. por que solo siendo conscientes de esto podemos mejorar nuestra situación , prepararnos interiormente para ser mejor tierra, removiendo aquello que necesitemos cada uno para ser mejor discipulo. No importa donde nos veamos pues desde ese punto partiremos la semana que viene.

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